martes, 2 de noviembre de 2010

De la legalización



Es cerca de media noche y los principales medios informativos (?) dan al NO como ganador en el referendo Californiano que pretendía legalizar el porte, consumo y siembra de marihuana.
El tema, que viene siendo tratado con una gran intensidad desde hace varias semanas, puede parecer intrascendente para muchos, pues la medida "solo" afectaría a un Estado de los Estados Unidos. El mundo estaría a salvo, dirían los más conservadores. Pero lo que es verdad es que, sí, la ley solo podría disfrutarse en ese gran estado de más de 35 millones de habitantes, pero las repercusiones de su posible aceptación, llegarían a todas las partes del mundo que, increíblemente, todavía ven el consumo de la marihuana como un problema mayor.

Creo que es una redundancia decir que estoy absolutamente a favor de la legalización de la maracachafa. El ser humano debe ser plenamente libre y la consciencia, aunque muchas veces parezca faltar, nos permitirá saber qué está bien y qué está mal; Qué queremos y qué no queremos; Qué nos parece bien y qué nos parece mal. En eso, en la capacidad de elección, es en lo que nos diferenciamos de los animales. Entonces, así como podemos elegir si beber o no, así como podemos elegir entre un candidato u otro en unas elecciones, así como podemos escoger entre 2 libros que queramos leer, también estamos en capacidad de elegir si queremos o no meternos una trabadita, que no está muy lejos de una emborrachada, por ejemplo.


Muchos califican la propuesta californiana de arriesgada; otros la tratan de indigna; algunos más acertados la tildan positiva. Yo la considero progresista. El sólo hecho de generar el debate que ha generado es de por sí más positivo que una posible aceptación. El mundo avanza a pasos agigantados, y así mismo deben ser los pasos que den los gobiernos de turno, pues es una necedad que el pueblo vaya por delante de sus leyes. La armonía entre la legislación y el pensamiento del pueblo es una virtud que haría mucho mejor la sociedad moderna. ¿De qué vale el pensamiento liberal de un joven si su propio país no le permite vivir tranquilamente?

Hace un poco más de 10 años, la corte constitucional Colombiana, con ponencia del entonces Magistrado Carlos Gaviria (Maldita sea la hora en que decidió ser político), legalizó el consumo mínimo de droga, la llama Dosis personal era ahora legal. Sin duda alguna fue un triunfo grandísimo, que puso a Colombia a la par de las más avanzadas sociedades mundiales. No era legal su porte, ni fabricación en "grandes cantidades", pero por lo menos consumirla no era considerada delito. Era legal fumarse un porrito. Fue esa una batalla ganada en la larga guerra de la legalización. Pero el huracán Uribe también pasó por allí. Y también, como casi lo hizo con todo lo que tocó, volvió añicos lo poco bueno que se había logrado respecto del tema. ¿La consecuencia? Otra vez el consumo de la yerbita se equiparó al robo de un celulares o a una lesión personal. Otra vez se consideró un delito. ¿La razón? Uribe no daba razones.

El retroceso es evidente y mientras el mundo avanza, Colombia está atascada en un conservadurismo irracional que hace caso omiso a una de las premisas que rezan en su escudo: La libertad.


Algún día tiene que ser legal y de eso estoy completamente seguro. No sé si se tardarán 1, 10 o 50 años, pero llegará el día en que se abran los ojos y se le quite el veto de prohibido a una práctica que debería ser considerada normal. Ejemplos que pueden acompañar la tesis de la legalización hay muchos, pero quizás el más ilustrativo es el del consumo del alcohol, que para la década del 30 era considerado como un delito. Ahora es legal y hasta patrocina el deporte más popular de este país. Ya nadie le pone un pero a tomarse un aguardiente al frente de un niño. Y nadie verá raro a alguien que le pida candela para prender una patica en un parque. Es sólo cuestión de tiempo, porque el consumo de marihuana, como el de alcohol, debe ser el resultado de una elección. Yo decido si fumo o no. Comprobado está que es incluso menos dañina que el mismo cigarrillo, entonces los reproches acerca de su peligrosidad están desechados.

El problema aquí es de moral. De la falsa moral que nos cobija y no nos deja avanzar. Pero, no sé si gracias a Dios o lastimosamente, la moral es endeble, y poco falta para que se acomode de otra manera. Al fin y al cabo, el grado de moral de nuestros gobernantes, (y porque no decirlo, de todos en general), se puede contar en pesos, y cuando ellos lo consideren apropiado para sus interese$, cambiarán. Es fácil, así funciona.

Para terminar, debo decir que todo lo debatido hasta ahora, y en adelante todo lo que se diga acerca de la legalización o no de la marihuana, es un debate completamente inocuo que solo dejará consecuencias románticas en los que creemos en la libertad del individuo. Si de verdad algún gobierno quiere parecer arriesgado, proponer esto mismo pero referido a un polvito blanco es lo que debe hacer. Éso si sería casi que temerario, porque legalizar al verdadero rey del mundo es una empresa que aguarda por el valiente que se atreva a emprenderla.










3 comentarios:

  1. Es un eterno problema moral, en el cual rigen mas unos estúpidos prejuicios morales, seguramente basados en la religión, que los hechos; y hay hechos y resultados de estudio en la ciencia que demuestran que la maracachada es menos mala para la salud que otras sustancias que actuan sobre el sistema nervioso central.

    Ejemplos, pues los estudios de los psicólogos han logrado determinar que la adicción al THC es menos fuerte que el de otras sustancias legales, por ejemplo el alcohol. Claro y también, hay menos violencia.

    Y como hay unos que no le creen a los psicológos, entonces sería bueno que estos moralistas le peguen una leída a los estudios de los neurólogos, en donde han estudiado los efectos del THC de la maracachafa, vs el alcohol en el cerebro, y verán cual es mas dañino.

    Pero bueno, hay gente con mucho cerebro, pero que sus prejuicios no los dejan ver. Mi recomendación, comprensen un brownie en el parque del poblado y relajense, y abran su mente, que tarde o temprano la van a legalizar

    Peace

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  2. Por primera vez... No me gusta del todo.

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  3. La frustracion, Oh! frustracion tu nombre soy yo.

    Esta era la oportunidad para ser demostrar que los tiempos en que la doble moral nos reinaba se habian extinguido, al parecer no, seguimos creyendo que el trago (que tantas personas mata al año) sigue siendo mas saludable que el moño, que tan equivocados estamos.

    Y es obvio, en un pais como colombia, donde la ilegalidad es mas rentable que la legalidad, la marihuana NUNCA sera legal.

    Gracias al meño por esta entrada, me has regresado las ganas de retomar el blog, ahi les dejo la totalidad de mis pensamientos acerca de este topico.

    YES WE CAN(nabis)

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