miércoles, 23 de junio de 2010

¡Cómo me dueles, Colombia!

Empiezan 4 años de lo mismo. Colombia eligió la continuidad macabra de lo que ya está viviendo, y aunque no entiendo el por qué, debo aceptar, a regañadientes, que esta es la democracia (la terrible y peligrosa democracia) que tenemos. Éste es el presidente que nos merecemos.


La bandera de JuanMa empezó siendo Uribe y terminó siendo la Unidad Nacional que proclamó a los 4 vientos. Así, vuelve una nueva versión del frente nacional, que tiene como agravante la no rotación del poder, como se hacía en el siglo pasado cuando Liberales y Conservadores jugaron a su antojo con la presidencia. Ahora será una sola figura la que ostentará todo el poder. Esta persona tendrá como requisito principal ser Uribista, o por lo menos parecerlo. Y esto va para largo, porque así lo quiere la clase politica que maneja a Colombia. Además, al parecer, también 9 millones de Colombianos lo aprueban. ¡Qué peligro!

Quienes conforman esta romántica Unidad Nacional gozarán del reparto de la gigante torta burocrática en la que se ha convertido Colombia. Y lamentablemente, a este despreciable grupo de partidos políticos carroñeros, se han unido los Liberales, que tiran a la basura 8 años de oposición. ¿Dónde quedó el honor del partido Liberal? ¿Dónde va a quedar su vocación de poder? ¿Ahora se conformará con un par de ministerios y alguna docena de licitaciones del nuevo gobierno? ¡Qué lastima! Porque soy uno de los muchos que aún creen en la ideología liberal, y también me da tristeza que regalen el partido de esa manera. Un partido que ha tenído tantas batallas a lo largo de su historia, que ha sido cuna de grandiosos politicos como Galán o Gaitán y que representa el pensamiento de millones de Colombianos no puede terminar así. Porque es el fin del partido Liberal. Como también tuvo ya su ocaso, hace varios años, el partido Coservador. El Uribismo y la ambición acabaron con los partidos tradicionales.

Tristemente hay que decir que es el nuevo gobierno de Unidad que JuanMa nos invita a seguir la puerta de entrada al fin de la ya degrada y golpeada democracia Colombiana. La oposición, sin el Liberalismo, estará en manos de un Polo debilitado y cada vez más reducido, y de un joven partido Verde que apenas está aprendiendo a no estar de acuerdo. Será una oposición simbólica.
Además, ¿Dónde va a quedar el equilibrio de poderes cuando las altas cortes, el fiscal general, la junta directiva del banco de la república, el procurador general, el Congreso, entre otras instituciones están o estarán estrechamente relacionadas con el ejecutivo?

Es un hecho que el Uribismo mutará al peligroso Santismo. JuanMa asegura seguridad en las carreteras para que los colombianos de bien puedan ir tranquilos a las fincas en sus carros; Además nos garantiza espectaculares rescates de secuestrados cada 2 años. Pero también traerá consigo la destrucción interna de lo poco que queda del estado Colombiano. ¡Cómo me dueles, Colombia!

lunes, 14 de junio de 2010

El poder del Mundial

Es la hora del mundial. Por fin, después de 4 largos años, los que amamos el deporte más hermoso del mundo podemos disfrutar de su fiesta de gala. Y lo mejor es que esta cita no solo toca a quienes la esperamos y por ende vivimos unas largas eliminatorias, añoramos el sorteo y llenamos las pollas. No. El mundial es de todos y para todos. Sólo el mundial tiene el poder de transformar la vida cotidiana por un mes entero, convirtiendo todo en fútbol y haciendo que la vida de todos tome forma de pelota.

Atrás quedó el derrame de crudo en el golfo de México y la grave crisis Griega; El escándalo de los crimenes atrócez perpetuado por el macabro ejército Israelí pasó casi desapercibido y las denuncias contra el escrutinio de los votos de las elecciones del 30 de Mayo ni se mencionan. Sólo el mundial tiene el poder para hacer esto y más si es en Colombia, en donde la prensa es experta en utilizar este tipo de eventos como un maquillaje perfecto que evite mostrar a los Colombianos la verdadera Colombia. Eso si, las liberaciones y los acuerdos de la nueva "unidad nacional" si están a la orden del día. Al fin y al cabo este es el pais del sagrado corazón.


Pero es de lo que envuelve al fútbol y del poder que tiene el mundial de lo que quiero hablar. Sólo la copa del mundo tiene el poder de unir de verdad a una familia en torno al televisor y de evitar que el control sea motivo de pelea en las parejas. Sólo el mundial logra que las mujeres se apasionen por este deporte, así sea viendo a los jugadores europeos que "están muy buenos". No importa, se interesan y eso a los hombres nos gusta. Además, también tiene el poder de hacerme madrugar por gusto. Algo increible. Pero definitivamente lo mejor que tiene el mundial es la amistad. En estos días el fútbol fortalece la hermandad de todos los que tenemos en común el amor a este deporte y despierta en quienes no la pasión por la pecosa.


Luego hablaré del desarrollo del torneo como tal. Aun esta muy temprano para hacerlo y ya hay gente que tiene el descaro de descalificarlo diciendo que es el peor mundial por el nivel que han mostrado los equipos. Espérense, que esto apenas esta empezando. Más bien, hagan como yo, disfruten y piensen que estos días de fiebre de fútbol sólo se viven 1 mes cada 4 años.

¡Que el hombre no separe lo que el fútbol ha unido!



Pd: Quiero felicitar al gobierno por las últimas liberaciones. Muy oportunas, por demás. Creo que JuanMa está más felíz que la familia del General Mendieta. Eso es lo lindo de la libertad, que todos la celebramos de algún modo. Aunque de verdad, me alegra que se acabe el sufrimiento de estas personas. Ni un solo secuestrado más, por dios.

martes, 8 de junio de 2010

La doctrina del miedo


Lastimosamente el miedo siempre es más grande que la esperanza. El temor de un pasado que no se quiere repetir, y el escepticismo a lo que puede llegar a ser mucho mejor, triunfa frente a las cosas nuevas y a veces desconocidas que el destino nos pone al frente invitándonos a tomarlas mientras creemos en ellas. Esa frase que reza que es mejor malo conocido que bueno por conocer aplica perfectamente a lo que vive actualmente Colombia. Una considerable mayoría prefiere seguir viviendo con lo que ellos consideran que está bien, en ese espejismo que se ha convertido la tranquilidad del colombiano común -ese que cree que mientras pueda ir a la finca en el carro y sin el riesgo de caer en una pesca milagrosa no hay ningún problema-. Pero el problema no es sólo eso. Lo grave es que le cierren la puerta al cambio. Un cambio que en estas elecciones no sólo estaba representado en Antanas Mockus, con su propuesta de apostarle fuertemente a la educación y la legalidad, sino que también tenía representación, un poco más radical, en el candidato del Polo Gustavo Petro y un poco más “liberal” a Rafael Pardo.

La seguridad ha tomado el papel principal en la agenda nacional desde El gobierno de Pastrana y su infortunado proceso de paz con las FARC. Aprovechando el desastre aparece Álvaro Uribe con su figura mesiánica, y con su “mano firme y corazón grande” devuelve la tranquilidad al pueblo que veía como un grupo de bandidos ponía en peligro la vida de todos. Pero de Uribe ya tendré tiempo para escribir y contar por qué creo que no fue el excelente presidente que todos creen que fue.

Tomando la bandera Uribista, aparece la figura de Juanma, el ministro estrella y estrellado del gabinete. El responsable de la cartera que maneja el tema de seguridad y quien tuvo aciertos tan publicitados como la operación jaque, pero quien también estuvo involucrado en escándalos tan graves como el asesinato de miles de jóvenes a manos del ejército. Los falsos positivos. Él encarna el lado más oscuro del presidente, es quien asegura un continuismo maquiavélico de las políticas estrellas del actual gobierno y además, como nueva frase de batalla, es quien promete un gobierno de unidad nacional, que para muchos, en los que me incluyo, sería el renacimiento del frente nacional, un retroceso descomunal en las aspiraciones nacionales de consolidar una democracia en la que participemos todos. Qué lejos que estamos..

Volviendo al miedo y, que coincidencia, hablando de Santos, debo comparar la actualidad política colombiana con lo que sucedía en los Estados Unidos en la era Bush luego de los ataques terroristas del 9-11, cuando el miedo que primaba en los votantes reeligió al presidente republicano. Las consecuencias todos las conocemos, el anterior gobierno gringo salió por la puerta de atrás, con una aceptación popular bajísima luego de muchos escándalos relacionados con violaciones de derechos humanos en las estúpidas guerras de Irak y Afganistán, hechos que le abrieron la puerta de par en par al demócrata Obama. Eso nos debería servir de escarmiento a los colombianos. Elegir por miedo, por seguir inmersos en una seguridad ficticia, no es el camino y mucho menos cuando se tiene la convicción de que todo vale – El fin que justifica los medios- ¡Qué miedo!


No voy a decir que los Santistas son ignorantes porque al fin y al cabo hay que respetar las opiniones de todos, ellos tendrán sus razones que pueden llegar a ser válidas. Además esto es, así no parezca, una democracia y yo aun creo en ella. Aunque aclaro que el respeto y la tolerancia se me acaban cuando escucho o leo comentarios que descalifican a un candidato basados en hechos intrascendentes o en su vida privada. Los que hacen eso no son ignorantes, son imbéciles.

Faltan dos semanas y la suerte de Colombia está en las manos de todos nosotros, en los que creemos que todo puede de verdad ser mejor. Como es más que obvio, yo me la juego por la educación y la legalidad. Ese es el camino que este país, tan acabado por las mafias, la corrupción, las picardías y sobre todo por la indiferencia, necesita tomar. Yo voy con Mockus y Fajardo porque la doctrina del miedo no puede ser otra vez la vencedora. El camino es la esperanza.

Y en la ñapa de hoy, viene Juanma en una ronda de chistes

viernes, 4 de junio de 2010

El mundial de las vuvuzelas

Se respira mundial por todas partes. Desde la mañana hasta la noche todo tiene algo que ver con la cita deportiva más importante del planeta. Hasta las elecciones de presidente, que tanta prensa acaparan, pierden terreno frente al evento que los que amamos el fútbol esperamos con ansias cada 4 años. Y eso que la Selección Colombia no clasificó, ¡qué tal hubiera sido!

Entre más crezco, más disfruto los mundiales. No voy a decirles que me acuerdo del mundial de USA 94 porque sería decirles mentiras. Mi primer recuerdo de un campeonato del mundo es en FRANCIA 98, con el televisor en la sala y bombas adornando toda la casa, mis tíos, mis papas y yo, veíamos tristes como la selección perdía ante Inglaterra con un golazo de Beckham. Colombia quedó, otra vez, eliminada en primera ronda y la desazón era total. Mal agradecidos éramos, pues ahora que no volvimos a ir a un mundial nos damos cuenta de que lo importante no es ganar ni pasar de ronda, eso dejémoselo a Brasil o Argentina, lo verdaderamente importante es ir.

De Corea-Japón sólo voy a decir dos cosas: El amor al fútbol a mis 12 años ya era tan grande que casi que diario me levantaba a las 3am a ver cada partido transmitido. Y Ronaldo, con su peculiar y recordado motilado metiendo goles y más goles, agrandando el mito, conduciendo a Brasil a su quinta corona y llevándome a mí a idolatrarlo hasta el punto que aun hoy le sigo considerando el mejor jugador de la historia.

En Alemania el mundial me cogió un poquito más grandecito, y por consiguiente lo disfruté más. Los horarios eran perfectos y los equipos daban la esperanza de ver un fútbol muy vistoso, aunque al final, con Italia campeón, triunfó lo defensivo. Fue el mundial de la cerveza y la amistad…Y del cabezazo de Zidane.

Ahora llega Sudáfrica. Vuelve la alegría del fútbol. Una ilusión colectiva que invade a todo el planeta, sin importan condiciones económicas, creencias religiosas o posiciones políticas. Esperemos que sea lo que todos los aficionados esperamos, una fiesta. Pasar de las laminitas del PANINI a ver el balón rodando me emociona, como lo hará el primer gol que celebraré sin importar el autor y como lo hará el campeón sin importar quién sea. Ojalá los ganadores de este mundial seamos todos. Ojalá el fútbol logre unir lo que ninguna otra cosa en el mundo ha logrado unir.

Démosle entonces la bienvenida a La Copa del Mundo SUDÁFRICA 2010, el mundial de las vuvuzelas*

* Trompeta larga que emplean los aficionados al fútbol en Sudáfrica para animar a sus equipos.


Ñapa: Este es el logo oficial del próximo mundial: BRASIL 2014

miércoles, 2 de junio de 2010

¿Estamos tan lejos?

Desesperadamente veo como se nos escapa la posibilidad de empezar un sueño. Tener una Colombia legal es, por ahora, lo único que quiero. Y digo por ahora porque es sólo el primer paso que debemos dar. La legalidad debe ser la piedra angular del renacimiento de nuestra democracia, pues es sobre ésta en donde se empieza a construir un verdadero país.

El pesimismo que nos llega a los soñadores es algo más que lógico. Los casi 7 millones de votos que alcanzó el señor (?) Santos fueron la confirmación de la cruda realidad colombiana que está conforme con lo que sucede día a día, y cree que todo está marchando sobre ruedas, cuando en realidad somos un camión, sin frenos, que avanza velozmente hacia un precipicio.

Reconozco dos cosas: La primera es la capacidad de Antanas para liderar el cambio, sobre todo cultural, que necesitamos. Él más que nadie tiene la autoridad para ilustrarnos, con su ejemplo, el cómo de las formas que necesita el ser humano para ser legal. Pero de aquí se desprende la segunda cosa, y es que el profesor es eso, un profesor, y no un político (o un politiquero?). La audacia del político de raza muchas veces roza la trampa y la picardía, hasta convertirse en ocasiones en mentiras y juego sucio. Mockus, por sus principios, es incapaz de caer en ese juego y peca, con suficientes razones, de ingenuo. Su discurso no es envolvente ni mucho menos convincente; sus formas son extrañas para la mayoría e inentendibles para los imbéciles. Quiero decir, entonces, que de ser Antanas Mockus un político común muy seguramente tendríamos una competencia más cerrada, como también lo sería de ser Juan Manuel Santos un poco más persona.

Está planteada así la carrera presidencial: el candidato de las maquinarias tradicionales, de la familia poderosa, de los medios de comunicación, del continuismo perverso y de los falsos positivos, contra el candidato transparente, que le apuesta a la renovación cultural y que cree tanto en la política limpia, que es incapaz de firmar un pacto político con los partidos derrotados para evitar perder el rumbo escogido. Él prefiere, como muy bien lo dijo, una alianza ciudadana, en vez de la repartición de la torta burocrática. Muy bien por mi profesor (y ojalá mi presidente). Puede que lo tilden de bobo por no aprovechar el papayaso de pelear con toda esta segunda vuelta. Pero si nos toca perder, es mejor hacerlo dignamente.



Nota: La pelada de la foto es la hija de Fajardo :K