
La bandera de JuanMa empezó siendo Uribe y terminó siendo la Unidad Nacional que proclamó a los 4 vientos. Así, vuelve una nueva versión del frente nacional, que tiene como agravante la no rotación del poder, como se hacía en el siglo pasado cuando Liberales y Conservadores jugaron a su antojo con la presidencia. Ahora será una sola figura la que ostentará todo el poder. Esta persona tendrá como requisito principal ser Uribista, o por lo menos parecerlo. Y esto va para largo, porque así lo quiere la clase politica que maneja a Colombia. Además, al parecer, también 9 millones de Colombianos lo aprueban. ¡Qué peligro!
Quienes conforman esta romántica Unidad Nacional gozarán del reparto de la gigante torta burocrática en la que se ha convertido Colombia. Y lamentablemente, a este despreciable grupo de partidos políticos carroñeros, se han unido los Liberales, que tiran a la basura 8 años de oposición. ¿Dónde

Tristemente hay que decir que es el nuevo gobierno de Unidad que JuanMa nos invita a seguir la puerta de entrada al fin de la ya degrada y golpeada democracia Colombiana. La oposición, sin el Liberalismo, estará en manos de un Polo debilitado y cada vez más reducido, y de un joven partido Verde que apenas está aprendiendo a no estar de acuerdo. Será una oposición simbólica.
Además, ¿Dónde va a quedar el equilibrio de poderes cuando las altas cortes, el fiscal general, la junta directiva del banco de la república, el procurador general, el Congreso, entre otras instituciones están o estarán estrechamente relacionadas con el ejecutivo?
Es un hecho que el Uribismo mutará al peligroso Santismo. JuanMa asegura seguridad en las carreteras para que los colombianos de bien puedan ir tranquilos a las fincas en sus carros; Además nos garantiza espectaculares rescates de secuestrados cada 2 años. Pero también traerá consigo la destrucción interna de lo poco que queda del estado Colombiano. ¡Cómo me dueles, Colombia!